“En la escuela nunca nos han hablado de los ángeles del templo. Yo no sabía qué eran hasta que mi abuelo nomás me ha contado, bonitos son, pero me parecen bien tristes”. (Santusa Blanco).
Hay alguien que indica “Bienvenidos a Calamarca”, al pueblo se inserta al camino troncal que viaja a la Ciudad de Oruro y precisamente están en pleno trabajo de doble vía.
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Mas arriba comienza a verse los cerros. La piedra rojiza de la roca madre está curtida por el sol en las alturas de “Casarata y Corapata”, sagrado, poderoso y sitios tutelares que siempre espera la visita de los hombres conocedores del comportamiento de la cosmovisión aymara. Cada 21 de junio suben a pedir bendiciones para entregar oraciones y ofrendas por la buena producción. Creen en las deidades de aka pacha, alax pacha y manqha pacha, espíritus protectores que cuidan a los seres humanos.
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Desde lo alto, se ven casas, calles y avenidas de las cinco zonas de la Capital de la Cuarta Sección de Calamarca, una ciudad que se proyecta hacia el futuro. Las zonas de Santa Bárbara, Centro, 25 de julio, Achumani y Muyuma impulsan diferentes obras apoyadas por su Municipalidad, cuyo Alcalde Yesid Luin Mamani procura que los Vecinos y Mallkus de las Comunidades originarias sean factor de decisión y columbra vertebral en la administración municipal.
En la zona central, varios bancos rústicos hechos de madera y cemento invita a sentarse frente al azul brillante de las oficinas del Municipio de Calamarca. Más allá en plena plaza del Pueblo enarbolado entre kiswaras, pinos y sauces, un Ángel de guarda vigila a la población y recibe diariamente a los visitantes.
Las generaciones conocen que el Municipio de Calamarca fue creado mediante Ley del 21 de diciembre 1948, como la Cuarta Sección municipal de la Provincia Aroma, durante el Gobierno de Dr. Enrique Hertzog, Presidente Constitucional de la República de Bolivia, con su capital Calamarca y con los cantones de Colquencha y Collana por entonces. Actualmente el municipio cuenta con los siguientes cantones: Calamarca, Vilaque Copata, Sivicani, Ajoya, Villa el Carmen de Caluyo, San Antonio de Senkata y Cosmini.
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Calamarca se ha creado casi junto a la Provincia Aroma, cuya fundación fue mediante Ley del 23 de noviembre de 1945, con su Capital Sica sica, durante el Gobierno del Presidente Gualberto Villarroel, en memoria de la Batalla de Aroma.
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Es preciso recordar que, Calamarca o ciudad de Piedra, durante la Colonia perteneció a la Real Audiencia de Charcas, siendo Calamarca, posta o pueblo intermedio de descanso de Potosí o Lima. Posteriormente, por las pampas aledañas a Calamarca se desarrolló una de las batallas del Cnl. Fermín Pierola.
•Si algo produce orgullo a los pobladores Calamarqueños es su Iglesia, un monumento de edificación mixta ya que parte de los muros exteriores son de piedra, pero algunos sectores son de adobe y ladrillo. Fue construido en el siglo XVI en un lugar habitado por Urus y Chiripas que han sido algunas culturas que vivieron en este sitio. Es un edificio de estilo barroco al estilo Italiano que lleva importantes características como la cruz latina que corresponde al Siglo XVII.. Posteriormente los cuadros de 36 Ángeles de jerarquía podrían ser pintados en el año en 1648 por José López de los Ríos, a quien se lo han denominado “Maestro de Calamarca".
•La población de Calamarca, además de su templo-museo, está rodeada de leyendas e historias. El fantástico mundo de Ángeles de Calamarca esta lleno de misterios y asombrosos descubrimientos. La Fundación Eco pueblo había introducido una interesante iniciativa de un taller de arte que consistía en pintar sobre figuras de ángeles hechos de arcilla y el turista realizaba el trabajo.
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El Gobierno Autónomo Municipal de Calamarca, ha identificado las principales áreas, sitios y una serie de bienes patrimoniales de esta región, con el propósito de valorizar, difundir elementos culturales y redescubrir la historia de la cuarta sección de la Provincia Aroma.
Un paseo por la iglesia, cerros y ríos es también descifrar la espiritualidad de los aymaras de éste lugar. Mientras las mujeres van ordeñando leche, a tempranas horas una bandera blanca y una wiphala flamean surcando el paisaje infinito de Calamarca.
Cada lugar, calles, iglesias, monumentos, van entrelazadas con las costumbres e historias de un pueblo que ha sabido conservar su carisma. Conozcamos de este místico pueblo, de sus plazas, rincones, y sus noches, vida, alegría y una pequeña Ciudad que hace posible de imaginar en su verdadera magnitud, ofrece su encanto milenario y su misterio alrededor de cada piedra.
Esa persona que nos dio la bienvenida, ahora indica “retornen pronto a Calamarca”.
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